Esta vivienda de fin de semana se emplaza en la costa atlántica, a 10 km de la ciudad de Pinamar, y a 400m del mar, donde el sonido de las olas es una constante. Respetar el bosque de coníferas fue una premisa, junto con la apertura en “ele” hacia la orientación norte del lote. Se desarrolla en planta baja, con posibilidad de poder crecer en un futuro en su nivel superior (uno de los patios conforma el espacio para la futura escalera). Esta configuración en “ele” permite dividir el área pública de la privada, articulando estos espacios por medio de tres patios captadores de luz. Es introvertida hacia su fachada frontal sur, dando intimidad y misterio a los peatones que circulan por la calle. una “caja” compacta, donde el protagonismo más importante se lo lleva la rampa peatonal, que remata en el patio de acceso a la vivienda.
Contexto
La relación interior y exterior de la vivienda es fluída, la vivienda vive el paisaje de una manera directa, ya que está rodeada de la vegetación existente. Hacia el norte, las aberturas son de piso a techo, coincide con la mayor profundidad de visuales hacia el bosque. El lote posee un desnivel creciente hacia el fondo del terreno. La casa acompaña este movimiento: la nave pública, que posee 3m de alto, se posiciona tomando el ancho del lote, en el frente, y se encuentra a +0.50m. La nave privada, respetando el suelo existente, se asienta a los +0.90 m
Materia
La constitución material de la vivienda está basada en materiales nobles: mampostería, estructura independiente de hormigón y madera. En el área pública - estar, comedor, cocina - la losa de hormigón visto es la protagonista ya que fue encofrada con maderas autóctonas, dejando su huella impresa en el cielorraso. La puerta pivotante de 3m de alto, revestida en madera petiribí completan con calidez el espacio. Existe una contraposición entre la envolvente exterior oscura, y el interior blanco puro. Los patios generadores de reflejos en el interior, junto con el sonido constante del mar hacen de esta casa un buen lugar para el descanso.
Sistema
Trabajamos con un sistema de recorrido: se accede a través de una rampa, que intercepta al muro ciego de la fachada y se articula con el primer patio de la vivienda. Los espacios sociales de reunión se abren al norte, y hacia el paisaje. Atravesando el segundo patio - fuelle entre el área pública y privada - y subiendo un desnivel, se encuentra la circulación de los dormitorios, donde una losa en voladizo conforma un banco lineal y por debajo, una raja de luz baña el espacio de manera rasante por el suelo, generando intimidad en el área de dormir. Las habitaciones viven el paisaje, con aventanamientos de piso a techo. El tercer patio se encuentra articulando el dormitorio principal, generando una "cámara de aire y luz" entre el espacio propio de los chicos y los grandes.
Vínculos
Esta casa de veraneo superó las expectativas de sus usuarios, ya que se transformó en una vivienda permanente y un vínculo con la naturaleza más silvestre. Se convirtió en un marco para admirar el paisaje, un contenedor para la lectura y la reflexión; hábitos que, con el ruido de la ciudad, muy pocas veces se pueden llevar a cabo. La nave principal, con su escala y su apertura al verde, convoca a la reunión social y familiar.
Investigación
El mayor desafío que enfrentamos al proyectar y construir esta casa fue trabajar con un presupuesto muy acotado. Priorizamos la orientación, para el eficiente uso energético en invierno y verano, la flexibilidad de los ambientes - al ser una vivienda de veraneo, es una premisa importante a cumplir - y también a la utilización de materiales regionales y nobles, junto con detalles simples y sintéticos.