La vivienda de 250m2 está implantada en un barrio cerrado de Tigre, cercano al delta. La idea fue incorporar un espacio espacio verde al interior que articulara las distintas áreas públicas de la vivienda: hall de acceso, estar y comedor-cocina. Este fuelle verde nos recibe al ingresar a la vivienda y nos propone un espacio diferente, un nuevo paisaje interior.
A la vez, dicho estar se encuentra rodeado por un espejo de agua con vegetación acuática y peces. Con la luz del sol, se generan reflejos de manera dinámica. La casa abre sus visuales hacia el jardín; predomina la interacción interior-exterior.
Dado que el programa era extenso y los metros debían ser reducidos, los espacios se articulan de manera fluida entre sí y comparten usos. En la planta baja se ubica el área pública: estar, comedor, cocina, galería y servicios orientados hacia el sur. En el nivel superior se ubican los dormitorios, situados en el frente de la casa, generando el semicubierto del garage, mientras que la suite principal -independizada por medio de una doble altura y la escalera- tiene vista al jardín del contrafrente.
El color blanco transmite cierta pureza; por ende es el color que predomina en la casa. Contrasta con la naturaleza del lugar. Algunos espacios particulares fueron intencionados con color gris oscuro; así como también en la elección del piso: un porcelanato simil hormigón armado. Se utilizó como revestimiento tablas de madera de petiribí en todo el volumen que conforma el toilette y el placard de recepción interior y exteriormente. Con su textura y color, nos transmite calidez y fusiona armónicamente con los colores neutros del conjunto.
El volumen del hogar flota sobre el espejo de agua y posee vidrio en la parte posterior para contemplar el fuego en invierno y no perder las vistas al exterior.
Se prioriza en nuestro proceso proyectual la correcta orientación de los espacios, optimizando los recursos naturales, tomando el recorrido del sol como activador de los espacios interiores de la vivienda y lo que da vida a la misma -lo que permite que la vivienda sea sustentable, disminuyendo el uso energético de la misma-. En este caso utilizamos aberturas de aluminio con doble vidriado hermético (DVH), y muro doble de mampostería con cámara de aire. Los semicubiertos, como la galería -que toma todo el ancho del terreno- y el garage, conforman las transiciones de la vivienda, que protegen las aberturas y la vivienda misma de los rayos directos del sol.
En esta obra se relaciona el interior con el exterior de manera fluida, ingresando el verde en el interior, generando un nuevo paisaje: Juegos de transiciones, reflejos de luz, sonidos del agua y los peces, aromas de la vegetación elegida, nuevas visuales…La arquitectura enmarca la naturaleza y dialoga con ella.